Nuestro último día en Cozumel, esta vez salimos los cuatro temprano, porque nos pasaban a buscar a todos por el muelle para nuestra excursión de snorkel.
Primero fuimos a un arrecife bajo, donde nadamos por un buen rato viendo miles de peces, y hasta una tortuga que Francisco descubrió que le faltaba una pata delantera. Pero Caro se llevó el premio del día, vio como un pez se comió a otro, justo enfrente de ella.
A nuestro regreso, salimos rajando los cuatro para el Allegro, porque se hacía la hora del alquiler del Hobie Cat, y allá salimos, navegando solos en un barquito de lo más simpático, que con poco viento, al ser tan liviano, agarra velocidad rápido y es muy divertido. Francisco y Macarena realmente lo disfrutaron.
A la vuelta fue solo playa, toda la tarde, hasta que se puso el sol sobre el mar. Y ahí aprovechamos con Fran, para salir solos a nadar en el atardecer, despidiéndonos de este viaje fantástico por México.
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