Después de tantas corridas, la verdad es que necesitábamos descansar, así que este día nos levantamos pasadas las 9 de la mañana, y como vimos que estaba todo nublado, buscamos engañar al pronóstico tan temido, y nos fuimos para Tulum.
Afortunada decisión, porque mientras en Playa del Carmen llovió todo el día, en Tulum fue un día soleado increíble.
Llegamos y dejamos el coche frente al estacionamiento oficial, porque en vez de 100 pesos, estaba 50, justo enfrente, caraduras.
No contratamos guía (después medio que nos arrepentimos) y entramos a la reserva para recorrer los edificios.
Nos bañamos en la playa donde estaba antiguamente el puerto de la ciudad maya y después almorzamos en un chiringuito de la costa, hacia el sur de la reserva.
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